En esta Guía de viaje II podrás conocer proyectos emprendidos en Costa de Marfil, Bolivia, Cuba y Guatemala de la mano de las cuatro jóvenes protagonistas. Tan sólo una muestra de lo mucho que podemos hacer de aquí a 2030 para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Te animamos a que, ahora, seas tú quien diseñe y ponga en marcha iniciativas como éstas y te conviertas en agente de cambio.
Con esta propuesta queremos que te pongas manos a la obra y contribuyas a hacer realidad proyectos de desarrollo sostenible.
¿Cómo?
Inspirándote a través de doce microrrelatos protagonizados por aquellas cuatro niñas que ahora han crecido y son jóvenes que diseñan y ejecutan proyectos.
Descubre a las protagonistas
- Akissi
- Yoel
- Izamal
- Nina
Conoce un poco más de Akissi
- Origen
- Familia
- Amigos
- Características personales
Vive en el pequeño poblado de Meneké, en el sudoeste de Costa de Marfil.
Vive con su madre, sus cuatro hermanos y su abuelo Koffi, con quien tiene una relación muy especial y le encanta escuchar sus historias, sin duda las mejores de toda la aldea.
Akissi tiene buenos amigos, siempre saca tiempo para poder disfrutar de su compañía. Sobre todo con Moussa y Aïssaitou, aunque en la aldea todos se llevan muy bien.
Akissi se caracteriza por tener siempre los ojos abiertos a los demás, viendo dónde puede aportar ella su granito de arena. Le encanta pasar tiempo con su gente, escuchar historias, música y sobre todo cantar. Su mayor preocupación es la dificultad en el acceso a una atención médica de calidad para los que le rodean.
Conoce un poco más de Yoel
- Origen
- Familia
- Amigos
- Características personales
Vive en El Cobre, un pequeño poblado de la Isla de Cuba.
Yoel vive con su madre, su padre, su hermano pequeño Manuel y su tía Caridad, siempre entregada a los más pequeños del poblado. Otro integrante indispensable de la familia es Vivi, una cotorra que siempre canturrea contenta y que no quiere perderse un detalle de lo que pasa a su alrededor.
Es fácil pasar tiempo con Yoel, es tan alegre y divertida, además siempre puedes contar con ella por eso tiene grandes amistades. Sobre todo su amiga Gisela, compañera de escuela y de aventuras.
Yoel siempre está dispuesta a ayudar, se pone en el lugar de los demás y se las ingenia para poder hacer un poco más felices a quienes le rodean. Es capaz de ver el valor de las pequeñas cosas y valorar la diversidad de cada persona, considera que es maravilloso que seamos diferentes, es lo que más nos enriquece.
Conoce un poco más de Izamal
- Origen
- Familia
- Amigos
- Características personales
Vive en San Juan La Laguna, un pueblo en las proximidades del lago Atitlán en Guatemala.
Izamal es la mayor de seis hermanos, todos ellos viven con su madre a quien Izamal ayuda en las tareas del hogar y el cuidado de sus hermanos. Su padre, que también vive con ellos, es pescador en el lago desde hace mucho tiempo.
Izamal se lo pasa en grande jugando con sus hermanos y además siempre los acompaña su amigo Diego. Es divertidísimo pasar el rato con ellos, se le pasa el tiempo volado.
Izamal tiene una personalidad muy activa, es una persona despierta, nunca para quieta y siempre encuentra la manera de aprender cosas nuevas. Aprender… No hay cosa que le guste más, acostarse cada noche sabiendo algo nuevo, creciendo como persona. Una de sus mayores inquietudes es la educación, la concibe como una puerta al futuro y un abanico de oportunidades al que todo el mundo debería tener acceso.
Conoce un poco más de Nina
- Origen
- Familia
- Características personales
Nina vive en Bolivia, en una preciosa aldea que se encuentra junto al río Saychuma, entre las montañas andinas.
Vive con su madre, muy implicada en sus hijos, también se dedica a las tareas del hogar; con su padre que trabajaba en el cultivo y con sus dos hermanos pequeños, que aunque son un poco traviesos le encanta jugar con ellos.
Nina tiene una sensibilidad especial por la naturaleza, sabe que vive en un lugar de una belleza inigualable y que para mantenerlo hay que cuidar del medioambiente y de todos los seres vivos que lo conforman.
Descubre el cuento y el contexto detrás de cada ODS
Costa de Marfil
¡Te damos la bienvenida a Costa de Marfil!
En este país africano Akissi ha llevado a cabo tres proyectos relacionados con la salud, el saneamiento y el trabajo decente.
¡Ven a descubrirlos!
Unas prácticas universitarias inesperadas
Llegó el día. Después de clase de Patología Médica, Akissi tendría que decidir dónde pasaría sus meses de prácticas y comunicárselo a Monsieur Mbengue. Pero todavía le surgían dudas. Por un lado, quería quedarse en Abidjan, le gustaba el ajetreo de las calles y vivía feliz en el barrio de Cocody, ¡estaba lleno de vida! Además, la mayoría de sus amigos de la universidad había elegido centros médicos que estaban en la ciudad. Por otro lado, tenía una plaza asegurada en un hospital de Yamoussoukro, pero no conocía a nadie en la capital y tenía miedo a sentirse sola.
“¿Cuál será la decisión correcta? ¿qué me diría el abuelo Koffi que hiciera?” Se preguntaba Akissi una y otra vez. De pronto, le vinieron recuerdos de su infancia a la mente. Pensó en aquellos largos paseos con su abuelo por las playas de Meneké. Ella siempre fantaseaba con ser una gran doctora y el abuelo Koffi, orgulloso de su nieta, no tenía ninguna duda de que lograría su sueño a pesar de las dificultades. Cuando Akissi era adolescente y su madre falleció, le prometió a su abuelo que lo lograría: “Abu Ko, no quiero que a ninguna mujer le vuelva a pasar lo mismo que a mamá”.
Sin haberse dado cuenta, Akissi había encontrado la respuesta a todas sus dudas: “¡tengo que volver a casa!”, se dijo, “¡tengo que cumplir aquella promesa!” Sin pensarlo dos veces, notificó a Monsieur Mbengue que realizaría las prácticas en un pequeño consultorio que había en Meneké. Atónito, el profesor le preguntó: “¿Está segura mademoiselle? Allí no va a aprender, ¡no tienen instalaciones ni medios adecuados para atender a los pacientes!”
Al poco tiempo, Akissi participó en una convocatoria de proyectos de una fundación marfileña de lucha contra el SIDA. Junto a la partera de la aldea logró que, durante sus prácticas, setenta mujeres embarazadas seropositivas no fallecieran en el parto ni transmitieran el virus a sus hijos recién nacidos.
Lucha contra la transmisión madre-bebé del VIH/SIDA
Datos que te servirán para plantear esta reflexión en grupo:
¿Cuál es el objetivo del proyecto?
¿En qué consiste?
¿Quieres saber más?
Cuando la ofensa se convierte en fortaleza
El primer año de universidad no fue fácil para Akissi. No quería abandonar su aldea y separarse de su familia. Pero había luchado mucho para alcanzar su sueño: era la primera joven de Meneké que lograba terminar la escuela y obtenía una beca para estudiar en la universidad pública de Abidjan. ¡No podía creérselo!
Mudarse suponía romper con el destino que tenía escrito: como cualquier niña en Meneké, pronto abandonaría la escuela para casarse con un joven que también perteneciera a la tribu Kroumen. Formarían una familia muy numerosa y vivirían en su casa de adobe y paja. Su esposo se dedicaría a la pesca. Ella, a la venta informal. Como antes hiciera su madre, cada mañana caminaría horas para recoger agua del pozo y cargar leña para cocinar.
Akissi admiraba profundamente a las mujeres de Meneké y le gustaba mucho su vida allí, pero decidió romper con aquello que estaba establecido.
“¡Este no es mi sitio! ¡me quiero volver!”, gritaba llorando tras el primer día de clase. Y es que nunca había pasado tanta vergüenza como esa mañana: en un descanso entre clases se había dirigido a los matorrales y escuchó cómo a su alrededor todos se burlaban de ella: “¡Mirad! ¡es una salvaje!”, voceaban entre carcajadas.
Akissi nunca había utilizado un retrete porque en Meneké no existen, para eso está la selva o, en su defecto, unos matorrales. Cuando se le hubo pasado el mal rato, pensó en la de problemas e infecciones que le había supuesto no tener un baño.
Al terminar la carrera, Akissi decidió instalarse en Meneké para trabajar en el consultorio. A pesar del tiempo que había pasado, seguía recordando aquel primer día de universidad. Tenía claro lo que era prioritario en Meneké: construir sanitarios y ofrecer formación a la comunidad para utilizarlos de manera higiénica. Enseguida se puso en contacto con el jefe de la tribu Kroumen y, con su visto bueno, puso en marcha un proyecto de saneamiento para la aldea.
Gestión sostenible de agua y saneamiento
Datos que te servirán para plantear esta reflexión en grupo:
¿Cuál es el objetivo del proyecto?
¿En qué consiste?
Para fomentar la apropiación del proyecto por parte de la población beneficiaria y evitar que los baños caigan en desuso, la mano de obra para la construcción de la instalación la aporta cada miembro de la comunidad. La ONG y la entidad financiadora proporcionan únicamente los materiales y el personal técnico para el diseño de la instalación y el seguimiento.
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El pueblo alza la voz
Aquella noche las estrellas brillaban con fuerza en Meneké. La luna iluminaba tanto la playa que la sombra de las palmeras se juntaba con el reflejo del mar estrellado. Akissi y sus amigos tenían que aprovechar esa luz para salir a tomar algo porque, cuando la noche era cerrada, sin electricidad en la aldea, no se veía nada.
Habían quedado en la palloza de Monsieur Koumba. Como de costumbre, Akissi llegaba tarde: no pudo salir antes de la consulta porque ella sola no daba abasto. Por el camino ya se escuchaba la música, sonaba su canción de rap preferida, pero sus amigos hablaban tan alto que se les oía de lejos.
“¿Por qué armáis tanto jaleo? ¡se os oye gritar desde casa de Madame Siaki!”, exclamó Akissi. “¡Es que estoy harto!”, contestó Moussa, “esta mañana he leído que el chocolate cada vez se vende más caro, ¡y estoy enfadado! Llevo desde niño trabajando en la plantación con mi padre y ¡cada vez nos pagan menos por el cacao que recogemos! ¡Es injusto!” El alboroto continuaba, se quitaban la palabra unos a otros. “¡Qué me vas a contar de injusticias!”, respondía Akissi, “desde que volví de Abidjan he solicitado que traigan más personal médico a Meneké porque hay pacientes sin atender, y ¡encima hay meses que ni me pagan!”
Clarise, con la pequeña Aïssatou a la espalda, concluyó: “Bueno, ya está bien. Dejad de quejaros. Así es la vida, así ha sido siempre”.
Monsieur Koumba observaba desde la barra al grupo de jóvenes, quienes ahora hacían un brindis por la vida y por el futuro. “¿Os vais a quedar de brazos cruzados?”, les preguntó. Akissi recordó aquellas manifestaciones universitarias por las calles de Abidjan reclamando sus derechos y se le ocurrió algo: “Nos tienen que escuchar.” Akissi y sus amigos, junto al resto de la aldea, organizaron una manifestación sin precedentes. “Las voces de Meneké influyen en las decisiones del presidente”, decían los titulares de prensa al día siguiente.
Jóvenes formados en liderazgo y derechos humanos
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Bolivia
¡Has llegado a Bolivia!
En esta tierra Nina ha desarrollado tres proyectos relacionados con infraestructuras y gestión sostenible de los recursos naturales: el agua y los bosques.
¡Conócelos!
Bolivia
¡Has llegado a Bolivia!
En esta tierra Nina ha desarrollado tres proyectos relacionados con infraestructuras y gestión sostenible de los recursos naturales: el agua y los bosques.
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El puente hacie el futuro
Despuntaban los primeros rayos del alba después de una noche de plácida llovizna. Los niños y niñas ya se encontraban cruzando el puente sobre el río Saychuma para llegar puntuales a la escuelita. Mientras jugaban despreocupadamente, Nina disfrutaba observando en sus rostros la inocencia y el entusiasmo propios de la infancia: una niña tiraba piedras desde lo alto del puente al agua rompiendo la tranquilidad de los sapos por las ondas provocadas, otros correteaban en grupo de un lado a otro como una bandada de flamencos que migran hacia climas más cálidos. Sin embargo, ninguno podía imaginar que, no tantos años atrás, el puente que ahora unía las dos orillas no existía. Por aquel entonces, Nina y sus hermanos rodeaban el río para poder llegar a la escuela. No era difícil recodar aquellos días en los que la lluvia convertía su travesía en una aventura mayor, llegando cubiertos de barro y debiendo descalzarse antes de entrar en clase.
Ahora todo era diferente. ¡Cuántos grandes cambios había traído el puente a la aldea, así como a la vida de Nina! Finalizados sus estudios de ingeniería, su primer proyecto fue construir un puente. Uno que aproximara y vinculara a su comunidad con un mayor bienestar y progreso. Se lo debía a ella misma y a su pueblo. Mas no fue un camino sencillo: trabas burocráticas, ideológicas, prejuicios…, pero ya se sabe, se hace camino al andar y Nina contó, además de con su tenacidad, ilusión y un proyecto innovador, con todo el apoyo y la confianza de su comunidad. Y aquel puente, poco a poco, se fue erigiendo como una cantuta crece en los valles altos de Los Yungas.
Desde entonces, cada vez que Nina lo miraba sentía un enorme orgullo, pues aquel puente simbolizaba el progreso entre el hoy y el mañana que queremos, el puente hacia la educación, hacia un futuro con nuevas y mejores oportunidades.
Formación sobre obra y construcción a personal local
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¿Cuál es el objetivo del proyecto?
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En busca del agua
El reloj de la torre marcaba las doce cuando el sonido de las campanas retumbó en todo el valle sacudiendo el alma de Nina. En Bolivia, el 6 de agosto es un día marcado en el sentimiento de todo un pueblo ya que se conmemora la Declaración de Independencia del país. Cada rincón queda ornamentado con las mejores galas y todos participan y se deleitan de una gran celebración.
Sin embargo, este año, en la aldea de Nina todo era diferente. Ya arrastraban dos años de la peor sequía de las últimas dos décadas, sufriendo graves consecuencias, principalmente de abastecimiento de agua, tanto por su escasez como por su mal uso. Las tierras que antaño daban grandes riquezas ahora padecían un profundo proceso de desertificación, conque todo parecía vaticinar que la cosecha de sorgo no sería productiva. Así, los lugareños no tenían ganas de mucha festividad.
La desazón de Nina aumentaba. El desánimo de su pueblo en un día tan significativo reflejaba el complicado futuro que se les presentaba. Impulsada por su espíritu tenaz y emprendedor, la joven, una vez más, sondeó la manera de ayudar a su pueblo.
La experiencia les había enseñado la necesidad de dejar en barbecho zonas de tierra, ganando en fertilidad y sostenibilidad. El respeto por técnicas responsables de labranza había dado buenos frutos. Pero ahora debían gestionar el problema de la falta de agua, y el río Saychuma se presentaba determinante para ello. Apoyándose en sus estudios de ingeniería, junto a los aldeanos, ideó una red de ramales a partir de una acequia principal para conducir el agua, aprovechando la orografía y contribuyendo a un desarrollo ecológico y sostenible. Estaba segura de que el próximo año su pueblo recobraría la alegría propia que el día de la Independencia se merece.
Seguridad alimentaria a través del agua de riego
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Una nueva oportunidad
Los primeros árboles plantados sobre la vieja fábrica de madera comenzaban a dar sombra y se alzaban rememorando el antiguo bosque andino propio de aquellas tierras. Pero no todo resultaba positivo. El pueblo, desde el cierre de la factoría, había perdido una importante fuente de ingresos y gran parte de la población, su trabajo.
Una apacible tarde de verano, cuando Nina regresaba de su paseo diario por el bosque, se encontró con un gran revuelo. Numerosos niños y niñas se agolpaban alrededor de un autobús repleto de turistas que había perdido su camino. Su algarabía era comprensible, jamás habían visto uno. Aquel episodio inspiró a Nina. Los turistas se habían deleitado y sorprendido por igual de las riquezas que escondía aquella tierra encontrada por azar. Tal vez, la prosperidad de su comunidad se hallaba, precisamente, en ella misma y en su entorno. Así que Nina comenzó a informarse e investigar hasta que obtuvo la respuesta: turismo sostenible. Una vía de gestionar responsablemente los recursos, siendo el turismo el principal agente de desarrollo, pero respetando la integridad cultural, los procesos naturales y su biodiversidad.
Pronto, en aquella zona montañosa, el pueblo comenzó a ser un referente en ecoturismo y los lugareños recuperaron la prosperidad que habían perdido tras el cierre de la antigua fábrica de madera. Cabañas de infraestructura sostenible, propuestas de educación ambiental, programas para dar a conocer las costumbres, sensibilización sobre un turismo responsable… De este modo, respetando y cuidando su entorno, retornaban a la naturaleza la riqueza que ella les ofrecía.
Gracias a la iniciativa de Nina y a los árboles, el pueblo volvía a desarrollarse, pero esta vez era un beneficio común y global.
Educación ambiental y manejo forestal para organizaciones de productores
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Cuba
¡Estás en Cuba!
En esta pequeña isla Yoel ha puesto en marcha tres proyectos para la mejora alimentaria, la calidad educativa y la inclusión social.
¿Quieres descubrirlos?
Una solución muy dulce
Tras la muerte de la tía Caridad, Vivi había enmudecido. Desde su jaula, en el porche, observaba la silla mecedora, ahora vacía y silenciosa. Llevaba semanas sin hablar y solo de vez en cuando silbaba bajito, como suspirando. Y es que la cotorra se había hecho mayor y su plumaje verde brillante se había tornado grisáceo en algunos sitios, perdiendo su brillantez. Además, le habían salido unas plumas largas a ambos lados del pico, como si tuviera barba, dándole un aire de pájaro importante. “Todos nos vamos haciendo mayores”, decía muchas veces la madre de Yoel. Y era verdad.
Sin embargo, Vivi volvió a hablar. Un día de primavera, a media mañana, se oyó un repetido y prolongado “¿qué pasaaa?, ¿qué pasaaa?, ¿qué pasaaaaaaaaaaa?” que hizo que Yoel se sobresaltara y mirara instintivamente por la ventana de la casita de madera. Lo que vio le pareció insólito: afuera, alrededor de un anoncillo de copa frondosa, se movía una densa e ingente nube de abejas que emitían un potente zumbido. La nube cambiaba de forma, moviéndose a derecha e izquierda, alargándose y estrechándose sucesivamente hasta desaparecer finalmente.
Hasta el momento, Yoel nunca había visto semejante cosa. Y fue la fuerte impresión lo que le hizo recordar algo que había oído recientemente. En algunas zonas de Cuba se habían instalado colmenas porque las abejas, temibles por su aguijón, resultan las principales aliadas del campo.
“¿Y si construían apiarios en El Cobre como han hecho en otros lugares? De este modo, tendrían miel y cera en abundancia y, además, las huertas y los árboles frutales, debilitados por la deforestación -entre otras muchas cosas-, se verían beneficiados por la polinización.”
“¿Qué pasaaa?”, se oyó en el porche.
“Lo que pasa, Vivi, es que, gracias a ti, he tenido una gran idea”.
Desarrollo de la apicultura para la seguridad alimentaria
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Con el recuerdo de la tía Caridad
Yoel colgó el teléfono sonriendo. Ya había terminado las últimas gestiones de las jornadas de formación a mujeres para atender a niños en guarderías. Ahora solo faltaba que llegara el día para comenzar.
“Todos nos vamos haciendo mayores”, decía su madre. Sí, Yoel se había hecho mayor y ahora trabajaba en Santiago, en la calle Vargas, en el mismo centro histórico. A través de la ventana abierta, le llegaba el ruido de la calle, las bocinas de los coches y las motos. Echaba de menos la tranquilidad de El Cobre, en el que abundaban las voces humanas de encuentros y despedidas, de vendedores que voceaban su mercancía, y de niños y niñas que corrían por los caminos de tierra.
Hacía un tiempo que, como otras chicas de su edad, se había encontrado ante la encrucijada de seguir el camino que le proponía su corazón y quedarse en el poblado, o bien, seguir el camino difícil y desconocido que le dictaba la razón. Y fueron los versos de Zambrana, que había escuchado, copiado y aprendido de memoria en la escuela los que le ayudaron, entonces, a decidirse: quien no ama a la patria, ¡oh, Cuba mía! No tiene corazón.
Y ella, que tenía corazón y tenía cabeza, amaba a Cuba y sabía que su futuro estaba en Cuba y que amarla suponía empeñarse en cambiar muchas cosas. Pero para lograrlo tenía que estudiar y, por eso, dejó El Cobre y se fue a Santiago.
Ahora, antes de volver a los papeles, no pudo evitar acordarse de la tía Caridad en la silla mecedora del porche, de su empeño en entretener a los niños y en darles conocimientos, haciéndolos viajar con las alas de los cuentos. “Ay, si la tía Caridad me viese”. Y no pudo evitar volver a sonreír.
Apoyo a guarderías para la primera infancia
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Alegrando corazones
A la madre de Yoel se le partía el alma cuando descubría a su hijo llorando como un niño. Su sueño de llegar a los paralímpicos se había esfumado hacía tiempo. Su afición por la música, por construir impensables y mágicos instrumentos, había desaparecido. Y es que, como decía su madre, “todos nos vamos haciendo mayores”, y él hacía mucho tiempo que había dejado de ser Manuelín. Manuel lloraba porque era ciego y los ciegos “¿qué oportunidades tenemos?”, se preguntaba. Además, sin Yoel y sin la tía Caridad la pequeña casa de madera se había convertido en un lugar más y más silencioso, más y más oscuro, y Manuel se sentía perdido.
En otra parte de El Cobre, Gisela, la mejor amiga de Yoel, comenzó a perder peso de forma inexplicable. Además, se sentía cansada, inmensamente cansada. No tardaron en aparecer síntomas de debilidad en las manos y, muy a su pesar, decidió hacerse unas pruebas y contentar así “al mundo –incluida Yoel- que parece estresado con mi salud”. Y el diagnóstico, al fin, llegó y lo que le pasaba a Gisela estaba lejos de ser “un cansancio debido al trabajo estresante”. Se trataba de una esclerosis.
“¿Qué supone la esclerosis? ¿necesitarán una silla de ruedas? En ese caso, ¿de dónde la van a sacar?” Estas y otras muchas cuestiones bombardeaban la cabeza de Yoel poniéndole nerviosa. Sufría mucho por Gisela y entonces se percató del dolor que su madre sufría por Manuel y entendió lo que tantas veces le había repetido: “Yoel, hay que hacer algo”.
Y Yoel se puso a trabajar. Junto a los programas relacionados con la mujer y la educación incluyó uno dedicado a la atención a las personas con alguna discapacidad. “¿Cómo no se me había ocurrido antes?” Entonces se avergonzó de que se había mal acostumbrado al dolor con el que había convivido tantos años en su pequeña casa de madera de El Cobre.
Mejora de la calidad de vida de niñas y niños con capacidades especiales
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Guatemala
¡Por fin en Guatemala!
País en el que Izamal ha iniciado tres proyectos que promueven la igualdad de género, la protección de la pesca tradicional y la reducción de la violencia.
¡Ven a conocerlos!
Las niñas de San Juan sonríen
¿Te acuerdas de Izamal? ¿Esa niña despierta e inquieta que vivía en las proximidades del lago Atitlán en San Juan La Laguna? ¿Esa niña que tanto deseaba ir a la escuela para aprender pero que no podía porque tenía que ayudar a su mamá en las tareas del hogar? ¿Sabes qué sucedió después? Consiguió ese sueño que pocas guatemaltecas de zonas rurales pueden realizar: poder estudiar.
“¡Mamá, cuando vuelva de la escuela seguiré ayudándote en casa!”, le prometía Izamal a su madre con una gran sonrisa dibujada en la cara. “Eso espero mi niña. El trabajo en el telar no me permite hacerlo todo y, con la pesca de tu padre, la familia no sale adelante.”
Así eran las cosas, la situación no era fácil. Izamal fue a la escuela y, al terminar, se especializó en Pedagogía, Ciencias Sociales y Formación Ciudadana en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Mientras, trabajaba en el Café Saúl los fines de semana para ayudar a su familia. Porque las cosas que de verdad merecen la pena requieren mucho esfuerzo.
Tiempo después, comenzó a trabajar en la escuela de San Juan. Le gustaba especialmente motivar a las niñas para que no dejaran la escuela. Con sus conocimientos de pedagogía les ayudaba a descubrir y desarrollar sus talentos.
Además, se aventuró en un proyecto de educación de calidad en ese pueblo tan bonito formado por casitas muy coloridas y alegres. Así consiguió financiación para que las niñas de San Juan y otros pueblos cercanos, unas niñas preciosas que visten huipiles y faldas tejidas por sus mamás con hilos de colores, pudieran ir a la escuela. Además de cumplir su sueño, Izamal cambió la vida de muchas niñas en Guatemala consiguiendo que estuvieran seguras de sí mismas, porque la educación, ¿sabes?, te abre horizontes insospechados.
Promoción de la educación de niñas
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Los pescadores ya no pueden pescar
El lago Atitlán es uno de los tesoros naturales de Guatemala. Está rodeado por numerosos pueblitos cada cuál más bonito que ofrecen una variedad de destinos turísticos llenos de colores y de muchas tradiciones del país.
Diego, el amigo de Izamal, se había trasladado a vivir a San Pedro La Laguna y estaba muy preocupado con el estado del lago en esa zona. La basura generada por sus habitantes y el turismo no terminaba en el vertedero sino en el mismo lago.
Un buen día, Diego fue a visitar a su amiga y compartió con ella su inquietud: “Izamal, cada día recogemos del lago decenas de sacos llenos de basura. Los pescadores ya no podemos pescar. Dedicamos nuestra jornada a recoger residuos plásticos.”
“¡Es una pena! Siempre supe que mi varita mágica no sería la solución definitiva. Pero… ¡se me ocurre una idea!”, respondió Izamal. “¡Dime! ¡Tus ideas siempre han sido buenas!”, exclamó Diego con curiosidad.
“Habla con las autoridades y proponles que se prohíba el plástico. Pero piensa antes en otros materiales que se puedan utilizar en su lugar para que vean que eres un ciudadano que está dispuesto a ayudar.”
Diego volvió a San Pedro algo más tranquilo y muy pensativo. “¡Ya lo tengo!”, exclamó Diego. “Utilizaremos servilletas de tela para envolver las tortillas y el pan, cestas de mimbre para hacer la compra, hojas de plátano para envolver algunos alimentos y bolsas de papel reciclado”. Su cabeza daba vueltas y más vueltas.
Así que, ni corto ni perezoso, se armó de valor y solicitó hablar con el alcalde para proponerle su iniciativa. Y después de una larga charleta en el ayuntamiento, D. Mauricio concluyó: “¡Has tenido una gran idea! Así, también apoyaremos el desarrollo de nuestras artesanías.”
Este fue el comienzo de cómo los habitantes de San Pedro La Laguna comenzaron a enseñar a toda una nación que con actitud se puede hacer historia.
Reducción de la contaminación del agua mediante prácticas tradicionales
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Los pies para andar, las manos para trabajar y la cabeza para saber, pensar y estudiar
Con el paso de los años, Izamal veía que los niños, cuando terminaban la educación básica, no tenían posibilidades de acceso a estudios superiores y estaba consternada. Esta situación no le dejaba dormir y llevaba meses buscando una solución. Parecía como si sus ideas se hubieran agotado. “Los pies para andar, las manos para trabajar y la cabeza para saber, pensar y estudiar”, se seguía repitiendo cada día desde que era una niña. Pero las ideas no fluían.
Un día, al salir de trabajar, por fin se le encendió la bombilla y, al llegar a casa, le preguntó a su madre: “Mamá, ¿recuerdas el nombre de la organización que hizo posible que yo estudiara en la escuela?”. Del cajoncito de las cosas valiosas, como si de un tesoro se tratara, su madre sacó un papel amarillento en el que estaba escrito el nombre. “¡Gracias, mamá! Enseguida voy a contactar con ellos”.
Papel en mano, Izamal salió corriendo a la cabina de teléfono más cercana. Pero, antes de llegar, se quedó paralizada viendo a unos chavales sentados en la calle riendo mientras ataban a la cola de un perro varias botellas de Indita vacías. Este hecho le hizo volver a la realidad y a darse cuenta de que aún no tenía ningún plan para proponer a la organización.
Después de varias semanas, leyendo un periódico de San Marcos que no sabía ni como había llegado a sus manos… “¡Lo tengo!” Exclamó. “Aquí está la solución. Formación ocupacional para jóvenes”. Y decidió llamar ese mismo día.
A esa llamada, le sucedió una reunión, y otra, y otra, y otra, todas en la ciudad de Quetzaltenango, donde está la sede de la organización. Pero mereció la pena ya que acordaron comenzar en San Juan, en unos locales que cedió el ayuntamiento, unos cursos de formación ocupacional para jóvenes con prácticas en empresas para integrarles en el mercado laboral.
Fomento de nuevas oportunidades para jóvenes a través de formación técnica
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El viaje continúa
Esto no ha hecho más que empezar. Esperamos que los proyectos que has conocido en Costa de Marfil, Bolivia, Cuba y Guatemala te hayan inspirado para desarrollar tus propias ideas o sumarte a iniciativas de cambio con las que promuevas los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
¡Muchas gracias por acompañarnos!